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Es la historia de los olivos con más antigüedad que existen actualmente de la variedad Lucio.

Se encuentran en una finca conocida como Sta. Catalina, en el municipio de Illora, en donde han logrado sobrevivir hasta nuestros días, y el tiempo parece que se haya detenido.

Este aceite lleva al recuerdo de un tiempo lejano de nuestra historia.

En el siglo IX, los moradores de la comarca, ya consumían el aceite de estos olivos. Dese el placer de degustar el aceite de los mismos olivos.

Legado del Reino con 400 años de sabor andalusí.

En enero de 2016, la asociación Argentata, dedicada a la defensa del olivo lucio, disparó la alerta informativa sobre la inminente tala de un pequeño olivar de lucios milenarios por parte de los nuevos propietarios de la finca.

Las propuestas de trasplante o apadrinamiento planteadas a los nuevos dueños no dieron resultado. Tan solo el acuerdo de compra de su cosecha, a un precio muy superior al de mercado, por parte de la almazara Casería de la Virgen, pudo detener el hacha y conseguir una moratoria de aniquilación.

Es por esto que, a todas las personas conscientes y sensibles del valor patrimonial de estos árboles, pedimos que contribuyan a su defensa mediante la compra del aceite que humilde y amorosamente producen.

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Un olivo con historia

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En la recta final del periodo visigodo, una terrible sequia asoló durante 7 años la Península Ibérica, secando todos los olivos plantados en tiempos de los romanos.

711-725

Los recién instalados colonos musulmanes introdujeron una nueva planta de olivo que se importó hasta Íllora y se adaptó perfectamente: el olivo Lucio.

1319

Los infantes Pedro y Juan de Castilla se apoderan de Íllora, pero su impaciencia por tomar la ciudad libra a los olivos lucios de su tala.

1430

Una expedición capitaneada por D. Diego de Rivera quema el valle del Genil, y gracias a la protección del imponente castillo cercano el olivar de la villa de Íllora es salvado.

1484

Tras un breve asedio de las tropas de los Reyes Católicos, la fortaleza se rinde pero de nuevo el olivar no sufre ningún daño, quedado la propia Reina Isabel impresionada en su visita a la recién tomada villa.

1571

Los moriscos de la villa de Íllora son deportados y se ven obligados a vender sus bienes, quedando el legendario olivar Lucio en manos de otros dueños.

1750

Los olivos se reparten por parcelas entre vecinos seculares y eclesiásticos.

1795

Godoy (Príncipe de la Paz) recibe como regalo la Dehesa Baja de Íllora y produce, rotura y planta 30.000 nuevos olivos Lucios, construyendo además su propio molino de aceite.

1870

Los propietarios de la Dehesa del Generalife plantan olivos Lucios en la colina roja de la Alhambra.

Actualmente la compra de este supone garantizar la vida de un olivar milenario, además de un profundo sentimiento de orgullo de consumir aceite único y genuino procedente de uno de los seres vivos más antiguos del planeta.

Saborea la historia de Lucio 642